Las condiciones ambientales pueden comprometer el éxito del cuajado, una de las etapas más críticas en el ciclo de los cultivos frutales y hortícolas. En este proceso, la flor fecundada inicia su transformación en fruto, definiendo el rendimiento de la cosecha. Factores como temperaturas extremas o estrés hídrico pueden reducir la cantidad y calidad de la producción. Los bioestimulantes son la clave para optimizar este proceso, ayudando a la planta a superar estos desafíos y asegurando una cosecha más estable y rentable.

¿Qué ocurre en el cuajado y por qué es un momento crítico?
El cuajado es el resultado de una serie de procesos fisiológicos que permiten la formación del fruto:
- Polinización: el polen es transferido desde la antera hasta el estigma de la flor.
- Germinación del tubo polínico: el polen desarrolla un tubo polínico que transporta los gametos masculinos al ovario.
- Fertilización: el óvulo fecundado se transforma en embrión, dando inicio al desarrollo del fruto.
Durante esta fase, el éxito del cuajado puede verse afectado por varios factores externos:
- Estrés hídrico: tanto la falta como el exceso de agua pueden provocar la caída prematura de flores y frutos.
- Temperaturas extremas: el frío excesivo reduce la viabilidad del polen, mientras que una temperatura demasiado elevada afecta la germinación del tubo polínico.
- Deficiencias nutricionales: una carencia de nutrientes esenciales, como boro o fósforo, limita la formación del tubo polínico y la fecundación.
Bioestimulantes para el cuajado: aliados para una cosecha exitosa
Los bioestimulantes para el cuajado están formulados para potenciar los procesos naturales de la planta y minimizar el impacto del estrés abiótico. Su aplicación puede marcar la diferencia entre un cuajado eficiente y un bajo rendimiento productivo.
Beneficios de los bioestimulantes en el cuajado: mejora la floración y asegura frutos homogéneos y con mejor desarrollo
- Mediante el aporte de micronutrientes esenciales favorecen la polinización y fecundación.
- Protegen a la planta frente a cambios bruscos de temperatura y déficit hídrico, reduciendo el estrés abiótico.
- Mejoran la retención y desarrollo del fruto, optimizando la actividad hormonal.
Soluciones de Altinco para mejorar el cuajado
En Altinco, diseñamos bioestimulantes naturales sin residuos que optimizan el rendimiento del cultivo desde la fase de floración hasta la cosecha. Entre nuestras soluciones destacadas para el cuajado se encuentran:
- Altinco Almar®: bioestimulante líquido con extractos de algas y boro que favorece la polinización y mejora la calidad del fruto.
- Altinco Niuper® PHOS: fomenta la disponibilidad de fósforo, esencial para la transferencia de energía durante el cuajado.
- Altinco Algiforte®: bioestimulante con glicina betaína y extracto de algas marinas, ideal para mitigar el estrés abiótico y mejorar el desarrollo del fruto.
Cuándo y cómo aplicar bioestimulantes para el cuajado
Para obtener los mejores resultados, es fundamental aplicar los bioestimulantes en el momento adecuado y con la dosis precisa:
- Antes y durante la floración: para fortalecer la viabilidad del polen y la formación del tubo polínico.
- Tras el cuajado inicial: para potenciar la retención del fruto y mejorar su desarrollo.
- Condiciones de estrés: en situaciones de déficit hídrico o temperaturas extremas, su aplicación ayuda a minimizar el impacto negativo en la producción.
Garantizar un cuajado óptimo es clave para maximizar la productividad y calidad de la cosecha. En Altinco, ofrecemos bioestimulantes para el cuajado diseñados para potenciar este proceso de forma natural y eficaz, ayudando a los cultivos a superar los desafíos del entorno. Nuestro compromiso va más allá de la formulación de soluciones: trabajamos junto a distribuidores y agricultores para asegurar un manejo eficiente y sostenible.
Si buscas la mejor estrategia para tu cultivo, nuestro equipo técnico está para asesorarte. Contacta con nosotros.